Salmón Marinado

 Hace muchos años conocí a Mª Carmen y tuvieron que pasar unos pocos de años para que se convirtiera en una de mis mejores amigas, claro que en esos años durante los cuales fuímos vecinas no tuvimos oportunidad de conocernos realmente. Hoy, además de amiga, es compañera y compartimos una afición por la cocina que yo calificaría como de "complementaria" porque ella tiene lo que a mí me falta, Mª Carmen tú ya sabes a lo que me refiero. Te dedico esta entrada para que perdure como testigo de nuestra amistad porque, por ser muy distintas, tenemos mucho que intercambiar y porque es una receta que me he atrevido a hacer aconsejada por tí. Es ideal para tener preparado con antelación en esta fechas ya que conservada en aceite lo tendremos dispuesto para preparar unos canapés. Yo lo sirvo acompañado de unas tostas y queso a las finas hierbas.

Ingredientes:

1 lomo de salmón fresco de 2 kg (1/2 salmón)

1y 1/2 kg sazonador para salmón ahumado (sal, azúcar y aroma de humo)

Eneldo
Aceite de Maiz

Elaboración:
Lavar el lomo del salmón, dejándole la piel y secarlo bien con papel de cocina (yo he comprado 1/2 salmón límpio de la espina central sólo con la piel en un lado).

Al salmón le quedan unas espinas transversales que son muy largas y duras por lo que es fácil quitarlas ayudándonos de una pinza para depilar, de esta manera nos queda bien limpio y así podremos, despues de marinarlo, cortarlo en filetes bien finos.

 

Preparara una fuente honda cubierta de papel film y cubrir toda la base con 1 cm del preparado para marinar, poner encima el salmón con la piel hacia abajo sobre la cama de sal y espolvorear con eneldo, si tenemos fresco picado finamente mucho mejor.

Cubrir con una capa de 1 cm de grosor del preparado para marinar.

Cerrar muy bien con el papel film, colocar un peso encima y guardar en el frigorífico durante 24 horas.

Pasado ese tiempo, enjuagar el salmon bajo el grifo para quitarle toda la sal. Secar muy bien con papel de cocina, cortar en finas lonchas.

Preparar un recipiente alargado con tapa en el que iremos poniendo capas de lonchas de salmón cubiertas con aceite que actuará de conservante. Como lo guardaremos en el frigorífico usaremos aceite de maiz, ya que el de oliva con el frío adquiere mucha densidad.